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Porque cuando soy débil, entonces soy fuerte

Jueces 7:2 Y Jehová dijo a Gedeón: El pueblo que está contigo es mucho para que yo entregue a los madianitas en su mano, no sea que se alabe Israel contra mí, diciendo: Mi mano me ha salvado.

A lo largo del pasaje vemos como Dios pasa de 32000 hombres a tan solo 300.

Dios conoce nuestra tendencia a gloriarnos, a pensar en nuestro gran esfuerzo, en nuestra alta capacidad, a pensar que la obra es nuestra en vez de darle la gloria a Él. Es por eso que muchas veces nos “desarma”, nos hace ver lo pequeñitas que somos, nos pone en situaciones en las que nos sentimos impotentes, frustradas por no saber qué hacer, sin ver la salida, sin saber cómo actuar, qué decir… Qué bonitos estos momentos! Cuando Dios nos pone en nuestro lugar, nos lleva a descansar en Él, a confiar y a decir:

2Corintios 12: 10 Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.

Sí, cuando somos débiles somos fuertes. Qué contradicción tan genial. Estás pasando por un mal momento? Por una situación difícil? Ves cosas en ti, en tu carácter que quieres cambiar y sientes que no puedes? Hay algo que parece imposible? Muy bien, somos débiles, pero Dios está con nosotras, descansemos en Él.

Pensemos también en las cosas que “tenemos controladas”, que no son gracias a nosotras, aunque nos parezca que sí. Que realmente cada día seamos conscientes, igual que decía Pablo:

1 Corintios 15:10 Pero por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia no ha sido en vano para conmigo, antes he trabajado más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo.

Por Su gracia somos lo que somos.

¿Hay algún otro pasaje de la Biblia que te recuerde a esto? ¿Alguna experiencia personal? Sería genial compartir en los comentarios 🙂 🙂